miércoles, 29 de enero de 2014

    

         LA RUTA.




   

COMIENZA LA PRIMERA JORNADA.



Las yeguas saliendo del "Cañizar"
    Ya son más de las diez de la mañana, y los caballistas ya han repuesto fuerzas, han replegado a las yeguas en el "Cañizar", y ya está todo dispuesto para salir rumbo a tierras valencianas.
Los hombres que con esfuerzo, pero a la vez con mucha tenacidad, han conseguido juntar a todas las yeguas, ya se aprietan bien las cinchas de las monturas, y empiezan con alegría la primera de las jornadas.
De pronto alguien grita...¿¡Todos preparados...!?, a la vez que abre una vieja "alcancilla", que para quien no lo sepa es una valla metálica, cuando en cuestión de pocos segundos las primeras yeguas salen rumbo hacia tierras más cálidas. 
Para dirigir la manada un hombre lleva, montado a su caballo, a una yegua blanca, la más mansa, que deberá de ejercer todo el camino de guía.



Los jinetes que van abriendo el paso a las yeguas.


     


EL PASO POR LAS AFUERAS DE LAS POBLACIONES.



Al poco rato ya llega el primer pueblo que pasan, pero no entrarán al casco urbano, sino que lo hacen por las afueras, este pueblo es Cella.
Cada vez los jinetes, ya van descargando las primeras tensiones, y se van sintiendo más a gusto, disfrutando de la jornada, y de la equitación      a campo abierto.




Las yeguas pasando por las afueras de Cella.

Yeguas y jinetes  en la ruta

    

Nosotros los vamos siguiendo mientras la orografía del terreno nos va dejando, y van cercanos al camino, porque una vez que ellos cogen los diferentes atajos y se meten campo a través, para nosotros ya es imposible seguirlos, y nos obliga a continuar por el camino y esperarlos en otro punto.



Uno de los jinetes con las yeguas
Las yeguas se van alejando.


Un jinete con las yeguas




Ya la jornada matutina se va terminando, y mientras ellos van al "atajo" por el monte, nosotros hemos llegado con el coche a San Blas , exactamente, a la "cola del pantano del Arquillo" donde se aprovechará para dar de beber a las yeguas, y a sus propios caballos.



La cola del pantano del "Arquillo" en San Blas.
Las yeguas llegan al pantano

Yeguas bebiendo agua

Un caballista intentando que su caballo beba agua.


   


        LA HORA DE LA COMIDA.




La hora de la comida.

Una vez que las yeguas calmaron toda la sed, llegó uno de los mejores momentos para los caballistas, la hora de la comida.
También los caballos tuvieron un rato para descansar, y alguna yegua se dio un buen "revolcón" aprovechando la hora de la siesta.
Y aquí dejamos a los jinetes, con el almuerzo, nosotros ya nos retiramos, y ellos siguieron hasta la zona valenciana.
Pronto llegará la primavera, y de nuevo las yeguas volverán a subir a los parajes del "Cañizar", a pasar el verano, que... ¿donde mejor que en tierras turolenses...?




Caballo descansando.

Caballos aprovechando el descanso para comer.


Las yeguas descansando.



Un abrazo, y a la semana que viene volveré con otro post, sobre otro tema. Espero que tanto éste, como la primera parte de la semana pasada, os haya gustado.






Menudo "revolcón" de esta yegua.







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